miércoles, octubre 25, 2006

HUNGRÍA Y RÍO

La nave intergaláctica cirpreana estuvo presente –cómo no– en la conmemoración del cincuentenario de la heroica revolución política húngara de 1956, salvajemente aplastada por los tanques del Ejército Rojo. El glorioso Ejército Rojo, la máxima creación política del León de Odesa, masacrando a los jóvenes trabajadores de Budapest. Una tragedia que hará revolcarse en la tumba al bueno de Christian Racovsky.

Los corruptos que gobiernan Hungría –herederos del siniestro Partido Comunista– quisieron adueñarse de la celebración, pero la juventud revolucionaria conducida, claro, por el CIRPR, les presentó batalla en las calles como hace 50 años.

La situación se ha calmado transitoriamente luego de que la policía del régimen disolviera las barricadas usando sus camiones barrenieve, pero todo indica que nos aproximamos al fin del gobierno neostalinista que administra la restauración del Kapital.

Por las dudas, me quedaré por aquí por un par de días. De paso, aprovecharé para ir a un concierto de homenaje al gran Antonio Carlos Jobim, Antonio brasilero, O maestro Soberano, enorme!!!! Saudade de você e saudade de Elis, saudade da Lagoa, de Ipanema e do Jardín Botánico. Saudade do Gabriela, das garotas e das Aguas do marzo, saudade das batucadas da vida, saudade de seu piano, saudade do glorioso tricolor do Larangeiras, saudade de Mangueira, saudade nao tem fim.

Si quieren saber lo que es la música, queridos chichipíos, péguense una vuelta por aquí y escuchen, por ejemplo, la versión de “Bonita” grabada por Tom y Frank Sinatra.

En realidad tenho saudade do Río, do Meu Río, salud Caetano, a cidade que brilla como el oro vista del otro lado de la bahía, seus morros coloridos –donde é sempre un eterno carnaval– Mangueira no coracâo, ballet no Municipal, bondi do Santa Teresa.

Río, ya saben, es la ciudad natal del CIRPR. En las ondas inolvidables de su orla, entre birras y fumazas interminables, el Subc. me confió por primera vez su proyecto revolucionario.

Al parecer, las cosas están pasando de castaño oscuro en nossa cidade maravilhosa. Pena. Una lágrima por meu Río y el firme compromiso de regresar para liberarla de los corruptos que la están destruyendo.

He vivido aventuras maravilosas en ella. Algunas, ustedes ya las conocen. Otras, dignas de ser contadas, se las iré pintando en futuros informes.

O Almirante


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