viernes, octubre 13, 2006

ATENCIÓN SUBC. V.:

Con copia comandos CIRPR

Me apersoné en Kabul hace una semana como estaba previsto. Debí utilizar nuestro sistema secreto de transporte para evitar largas y tediosas estrategias distractivas tendientes a despistar el enemigo (por suerte, ya pasaron aquellas épocas en las que el Comandante Uno tenía que camuflarse durante meses como un mediocre comerciante uruguayo en Praga).

La ciudad de poco más de 3 millones de habitantes está literalmente devastada luego de veinte años ininterrumpidos de guerra. Una década de guerrilla independientista contra la URSS financiada por la CIA (en los años en que amaban a Bin Laden), un lustro de régimen talibán y otro de invasión de las fuerzas de la OTAN. Se imaginan, una pinturita.

Pero no he venido aquí a pintar un cuadro de la crisis humanitaria en estas tierras que Arnold Toynbee llamara “encrucijada de civilaciones”, milenariamente indómitas, al punto que resistieron hasta al Gran Alejandro.

He venido a tratar de entrevistar a alguno de los 16 afganos que fueron liberados la semana pasada por el Ejército de los EEUU luego de haberlos tenido prisioneros durante años en sus mazmorras caribeñas de la bahía de Guantánamo (en donde crece la palma... según el enorme Don José).

Luego de estudiar detenidamente todos los casos, decidí que lo apropiado era intentar el contacto con Sayed Mohammad Ali Shah, un médico de 45 años, quien denunció que fue confinado allí durante 5 años luego de que lo arrestaran a raíz de una falsa denuncia que hizo contra él un ex paciente con el que había tenido diferencias profesionales.

Obviamente, no me acerqué revelando mi verdadera condición de agente cirpreano, para no despertar en él los comprensibles temores y recelos que pudieran afectar a un individuo sometido a tormentos físicos y mentales durante tanto tiempo.

De modo que me presenté como un periodista de una agencia independiente sudamericana que quería conocer en detalle la odisea que había atravesado.

Así pude concretar una entrevista en la que se pone de manifiesto que aquel famoso Manual de Torturas de la CIA que el Baltimore Sun hiciera público en 1997 ha quedado a la altura de un libro de cuentos infantiles ante la realidad de los métodos de interrogación que los buenos muchachos emplean en los últimos tiempos.

Entiendo que el reportaje (que remitiré completo por otra vía más segura, la autopista WFY 57 Oeste) pudiera convertirse en un documento fundamental en la lucha por el desmantelamiento de este Gulag americano, más aún ahora, cuando hasta la mismísima cancillería británica ha declarado la necesidad de terminar con tal ignominia.

En cualquier momento me voy a Londres para averiguar que está ocurriendo.

En permanente movimiento por el Orbe

El Iluminado


QUE DIOS NOS BENDIGA

Formidable la muestra de coraje y sensatez que nos está dando el pueblo de Colón y Gualeguaychú ¿no les parece? Retoman los métodos de la acción directa a pesar de que la coalición pro pasteras se ha ampliado y fortalecido con la intervención del Banco Mundial y el vergonzoso recule del Bizcocho, quien está viendo antes de lo que esperaba el retorno del bumerang que lanzó no hace mucho, cuando quiso apropiarse de la lucha ambientalista con cínicos discursos de ocasión.

Los grandes medios de difamación (Clarín en primer lugar) han profundizado la prédica que intenta criminalizar al pueblo que resiste y baten parches desvergonzadamente para que el gobierno nacional “se ponga firme”, es decir que reprima la lucha popular.

La claque de los eunucos y leguleyos se quejan de la “inoportunidad” de las medidas adoptadas por las Asambleas dado que perjudicarían una “estrategia jurídica” destinada claramente a fracasar en un marco de justicia capitalista, sobretodo en momentos en que las grandes corporaciones están invirtiendo millones de dólares en una táctica de lobby tendiente a desrespetar el tratado de Kyoto.

Contra esa Santa Alianza de la ley y el orden se levantan nuestros hermanos de la ribera del río de los pájaros.

En algún informe cirpreano escrito en tiempos más tranquilos para el putrefacto Poder Mundial del Kapital (PMK), se decía que la ignominia de la actual situación del mundo perduraría “hasta que el ciudadano despierte de su conformismo, hasta que la gente abra los ojos y sus mentes, se ponga a pensar, y deje de formar parte de este gran rebaño de siervos que encima van y le sonríen con placidez al tipo que los está pisando. En todos los campos y a todos los niveles de la vida”.

Bien parece que eso está empezando a ocurrir en todo el orbe y también en nuestra “tierrita querida devastada”, como nos muestran los entrerrianos y los trabajadores del Hospital Francés, que le sacaron la careta con su heroica gesta a los “progres” K y sus bandas de mafiosos.

Como veníamos diciendo, hemos entrado en una nueva etapa. Es necesario salir de las madrigueras y pasar a la ofensiva, porque el pueblo del mundo está necesitando más que nunca la certera y luminosa conducción del CIRPR.

Por el momento, mis hombres y yo permaneceremos en Christiania, porque ha llegado un cargamento de sativa de Cachemira que te parte el cerebro como a un huevo de Pascua y nos cuesta pensar en regresar a la mierda paraguaya saturada de amoníaco que se consigue -a veces- por allá.

Seguiremos los acontecimientos por la red.

Que el Subc. V. mueva al Iluminado.
Que el Vigía se ponga en contacto con el indio Nahuel.
Que el Caronte lubrique la cachucha de Nati.
Que la Pitonisa nos lea el mensaje de los cielos.
Que el Selenita desempolve la guitarra.
Que la profesora de Terraza termine sus vacaciones.
Que sigan los triunfos de Lavolpe.
Que Dios nos bendiga.

O Almirante


jueves, octubre 12, 2006

OTRAS ANAS

Yo, modestamente, sin el vuelo del gran Don O, quiero saludar a cierta Ana, que no duerme, que espera el día, que sola en su cuarto mira la gran ciudad. Ana que vela, que no duerme, que sueña con nada, y que el poeta Luis Alberto Spinetta canta como los dioses. Y está la otra Ana, también de Luis Alberto, la de Agnus Dei, Ana lloró, Gustavo se fue al suelo, siempre orillando la tragedia.

Un abrazo, Álvaro de Burgos.

pd. “dónde está ese lugar al que todos llaman cielo”


ANAS

El Único viejo verde que conozco es una tal Benjamin Franklin, de los billetes de cien dólares que consigo arrebatarle al imperialismo, por arte de birlibirloque. Y la única mujer que amo se llama Ana. Siempre se llamó Ana. Ana toma distintos rostros, distintos matices, pero es siempre Ana. Puede ser una judía de Holanda, una niña que escribe con voluntad de hierro su Diario, hasta el último minuto, antes de que los nazis descubran su escondite. Puede ser la mejor alumna del maestro Heidegger, internándose por los meandros de la mente y el espíritu, demostrando que se podía escribir después de Auschwitz. O puede ser la Ajmatova, poeta enorme, poetaza, capaz de enfrentar al Georgiano, de despedir al pobre Osip, y seguir cantando. Puede ser la mejor actriz de un cineasta terminal y desolado, que derribó el Muro de Berlín muchísimo antes que todos los demás. Puede ser esta última Ana que nos duele en el alma, asesinada por los esbirros de un discípulo del Georgiano, por querer llevar –prometeica– la verdad a los hombres. Mi Ana tiene mil rostros. Sé los de ahora. No conozco cuáles serán los últimos. Termino mi elegía furiosa, mi duelo armado, parafraseando unos versos de mi amigo y compañero HPS: “Péguenle a ella. Orinen sobre ella. Pero no olviden que nuestra hermanita muerta hace las cosas con delicadeza”.

El Vigía de Pobladora


AMAMOS A ANA

Hace unas semanas el Vigía de Pobladora trataba de enternecernos confesando su pasión por Natasha, la adolescente austríaca esclavizada que reveló una historia macabra de oscuras complicidades entre víctimas y victimarios. No me sonaba a historia de amor lo del Vigía, sino a fantasía de viejo verde.

Historia de amor sí hubiera tenido yo, de habérmela cruzado y si me hubiera dado bola, con la bellísima Anna, una hermosa flor de nuestra generación, nacida en New York en 1958, culta, valiente, ireductible. Una reminiscencia de la antigua prosapia eslava del gran León Tolstoi. Una Alejandra Kollontay o Rosa Luxemburgo del siglo XXI.

Qué al menos un clavel rojo punzó cirpreano caiga sobre la tumba de la querida Ana!!!!

Salta, salta, salta, pequeña langosta, que Putín y Arbustito son la misma bosta!!!!

O Almirante


CHRISTIANIA

Les contaba ayer que una de las cosas más extraordinarias que descubrí en Copenhague fue la Ciudad Libre de Christiania. Estuve allí el 29 de setiembre pasado, día en que conmemoraba el 35 aniversario de la fundación de esta comunidad autónoma establecida desde 1971 en una ex fortaleza militar en la que conviven alrededor de mil personas sobre la base de los principios de la autogestión, la libertad, la democracia directa, la planificación común y la ausencia de propiedad privada.
La instancia superior de gobierno es la Asamblea General en la que pueden participar todos los ciudadanos, quienes contribuyen con una tasa mensual al mantenimiento de los servicios públicos comunes, entre ellos un sauna mixto que recuerda las magníficas termas romanas, sólo que aquí no hay nobles y plebeyos.
En la calle principal (Pusher Street) se puede conseguir la mejor yerbita de la tierra y fumarla con deleite en coloridos pubs que llevan el nombre de “Woodstock” o “El Pescador en la luna”, pero en Christiania están prohibidas las drogas duras y las armas. Es una prohibición consensuada, claro, ya que no hay una fuerza del orden para hacerla cumplir.
Todos los niños de Christiania concurren a las guarderías públicas comunales. La mayoría de sus habitantes son artistas o artesanos, pero además desempeñan alguna función comunitaria imprescindible.
Podría estar horas contándoles cosas acerca de esta maravillosa experiencia de utopía, pero prefiero remitirlos al sitio oficial de la ciudad libre, http://christiania.org.

Lo cierto es que este emprendimiento autónomo, permanentemente amenazado por la prepotencia del Estado burgués, me pareció una magnífica muestra del espíritu del cristianismo primitivo, es decir del comunismo cristiano.
Y no es para nada extraño que se haya desarrollado en Copenhague, la ciudad en la que Sören Kierkegaard escribió en 1855, el año de su muerte, en un artículo titulado “¿Cómo juzga Cristo al cristianismo oficial”:


Imagínate que la gente está reunida en una iglesia de la cristiandad, y que de repente entra Cristo: ¿qué crees que haría?

Bien, lo que haría puedes leerlo en el Nuevo Testamento.

Se dirigiría a los maestros –pues a la congregación la juzgaría como otrora: fueron desviados del camino– se dirigiría a los de “largas vestimentas”, a los mercaderes, a los juglares, que transformaron la casa de Dios, si no en una cueva de ladrones, al menos en una boutique o en un puesto de feria, y les diría: “Ustedes, hipócritas; ustedes, serpientes; ustedes, raza de víboras”; y como otrora haría un azote de cuerdas para echarlos del templo (Juan 2:15).

La raza de hipócritas, víboras y serpientes que hoy conduce el nefasto Mefisto de Bavaria, protector de pederastas, quien luego de sembrar el odio contra los hermanos del Corán acaba de firmar un indulto para restituir la misa en latín. Ratzinger es nada más y nada menos que el brazo ejecutor del programa de Marcel Lefebvre.

Viva la Ciudad Libre de Christiania!!!
Abajo la putrefacta curia vaticana!!!!
Abdicación ya!!!
Por la vigencia del Nuevo Testamento!!!
Yerbita buena para todo el mundo!!!!

O Almirante


A LA PITONISA AGAIN

Querida Camarada Pitonisa:

yo no ofrecí sus tetas, se ofrecen solas. Son una belleza.
Si la primera carta que nos tira es La Encantadora del Fuego, me entrego. Siempre quise una Encantadora del Fuego. Me encantan. Son tan dulces, tan suaves.
¿Ha pecado en su juventud? Lástima haber sido viejo de tan joven. Que el Almirante mire, su oficio es: “almirar”. Cosa tierna de los salvajes unitarios, hubiéramos deseado, nosotros, los indios, tener esas joyas en nuestras manos. Ya han pasado los años, las décadas, los ríos y los mares, y no hemos tenido a Nina Simone cantándonos en nuestros oídos.
Bien nos puede asfixiar un amor sobrenatural.
Y las escamas que dejan los peces en su huída dibujan el CIRPR en la costa de sus ojos.
Todos amamos a nuestra tierra muerta.
Somos como los hijos de los colegios infames que los acogotan. Tiernos imberbes que se preguntan qué es el poder.
Somos tan imbéciles como el proletariado.
Somos una auténtica y real mierda.
Ahora escucho vallenatos colombianos. Qué belleza es vivir en otro mundo.
Al releer estas palabras me doy cuenta que pueden ser interpretadas como una declaración de amor.
No, de ninguna manera acepto que hoy, sólo hoy, se sepa que amo absolutamente a la Pitonisa.
Y al Almirante, por favor, no me lo toquen. Es lo más divino del mundo.
Los vallenatos dicen: porque los amo.


Subc. V


BIENREGRESADA, PITONISA

Camaradas astrales bolchevico-americanos-europeos erotizados por la cercanía del Poder:

Camaradas, el proletariado internacional, y en particular el americano, está a un paso de tomar el Poder. Más allá de circunstanciales retrocesos motivados por un sedimento menor de ilusiones, por parte de las masas, en la democracia burguesa capitalista (la engañifa más difícil de sortear de las pergeñadas por la burguesía ya putrefacta), el día se aproxima in-e-xo-ra-ble-men-te.

No otra conclusión se puede sacar del regreso de la Pitonisa a nuestras filas. Su poliglotismo es más que manejarse en varios idiomas para la predicción: es un auténtico “don de lenguas” que nos allanará el camino para conectarnos con las masas de cualquier lugar del mundo. Por ejemplo, ¿en qué idioma hablan los talibán? Solucionado: la Pitonisa se comunicará en cualquiera que sea el idioma en que hablen esos caballeros del desierto.

Y no sólo esta ventaja descomunal nos brinda la Pitonisa del CIRPR: cuando, enfrentados a una situación de lucha de clases extrema, dudando nosotros entre avanzar hacia la Rosada –por ejemplo, podría ser el Pascual Guerrero también, o el Planalto–, o retroceder a nuestras cuevas citadinas, la Pitonisa se encargará de tirarnos las runas, las gomas, las cartas triangulares del Tarot de su maestra chilena, o lo que tenga a mano, y nos dirá qué rumbo tomar (este o este). Es decir, por si no queda claro: a la infalibilidad de nuestro análisis marxista ultraortodoxo incorporamos el componente mágico de los Viejos Sabios de la Tribu (en nuestro caso, la Vieja Sabia –lo de vieja es por el antiguo saber, no por la edad, no se ofenda Pitonisa–).

Ahora bien: la primera vez que nos las tiró, salieron el 77, el 58 y el 19. Ya les jugué dos pesos a la cabeza, veremos el sorteo por Crónica TV. La 77 nos marca desorientación: tenemos pies pero no tenemos camino,tenemos herramientas pero no sabemos para qué carajo usarlas, nos explica. Vaya sabiendo, distinguida Pitonisa, que nosotros jamás de los jamases estamos desorientados. A veces lo fingimos, para que el enemigo de clase baje la guardia, y luego pegar mejor donde más le duele. Pero, igualmente, sus palabras nos harán ser más meticulosos en nuestros análisis marxistas / engelsistas / leninistas / trotskistas / guevaristas / proletarios puros.

Lo único que no comprendí es lo del mañanero, ¿será un mate de maconha? ¿será sorber la bombilla a la luz del crepúsculo matinal?

La 58 nos pide recapacitación. Eso, Pitonisa, es lo que hacemos todos los días. Somos Comandos Recapacitantes.

La 19: "Hijos, Pareja, Matrimonio"... Por favor, quite esa carta del mazo. Que no salga más. Amor sí, amor, “el amor es la rueda que mueve el mundo” –dijo el guerrillero Ginsberg, mientras se lo culeaba su Maestro–.

Cuando finalice este Informe, hasta aquí sólo de bienvenida a vocé, mantrearé 2000 veces, según lo aconseja, el "Ommmmmmm". Si llegara a dormirme, me echaré un Ommmmm mañanero.

Gracias, Pitonisa, por reincorporarse a las filas majestuosas del proletariado revolucionario internacional rojo, únicamente representado en el CIRPR.

PD. para las consultas hot line, ¿acepta American Express Gold?

COMANDOS DEL INFIERNO QUE SE AVECINA:

Bardo del Malvín: confieso que no hallo en mi inmensa cultura, erudita y popular, la referencia a esta frase: “...que vio a Cuqui y al sanguijuela, ¿saben que algunos escritores del Uruguay le escupimos el asado al cejudo cuando lo nombraron jurado del premio Onetti?” ¿Quiénes son el Cuqui, el Sanguijuela y el Cejudo? ¿Alguna banda fascista que deberemos exterminar apenas tomemos el poder, o si es posible antes?

Y le doy un consejo, si me permite: si la Pitonisa descubre que usted se sonroja con sus chascarrillos eróticos, la próxima vez que lo vea le mostrará de repente las tetas y usted caerá fulminado. No sea pazguato, amigazo.

Agrego, a fuer de ser sincero, que algún día le enviaré algunos misiles a su idolatrado José Hernández. Hoy se salva porque no tengo mi biblioteca en este búnker.

Y al Vigía de Pobladora, de quien he leído con atención apolítica sus recorridas librescas, le quiero acercar una reflexión y hacerle una pregunta: 1. no hay libro en la faz de la Tierra que pueda explicar cómo hacer feliz a una mujer (“mujer feliz” es un oxímoron), salvo la felicidad, ¡ay, tan fugaz!, de un buen polvo. No gaste plata en eso. Y

2. ¿dónde atiende su peluquera?

Evidentemente, la burguesía argentina logró desviar la sublevación popular hacia esas cajas de cartón corrugado llamadas urnas. Pero en días, u horas, quizá mañana mismo, las masas volverán a reiniciar su tarea incompleta, y armadas hasta los dientes conducirán sobre sus hombros a los Comandos del CIRPR a tomar el poder en el mundo entero.Por lo tanto, no dejar que se mellen los sables, tener engrasadas las Smith & Wesson Special .357 y no olvidar, aunque sean un poco más modestas, las gomeras y los clavos miguelito.

Hasta luego comandos. Deseo despedirme con caricias subversivas en las mejillas de las Capitanas B., MT., Petunia y Pitonisa; un abrazo macho a los Capitanes Chugu, El Pollo, El Canoso y El Lunar, y uno especial al Almirante G.

Somos los Doce Jinetes del Apocalipsis Rojo. Somos el CIRPR. Está todo dicho.

Subc. V.
desde el búnker de las laderas boscosas del Abasto


¡SALUD!

Salud, tropas plateadas y celestes, sentadas sobre vuestras lanzas de acero espantoso, que veláis por el día rojo del futuro: A vosotros, sagradas élites de la esperanza y la lucha –al no romper nosotros el delgado hilo entre la historia y la materia económica de que se componen los pseudo países–,

A vosotros, bestiales criaturas de belleza incesante, hijas e hijos y padres y madres del CIRPR, a vosotros levanto mi máuser resucitado, las cuatro o cinco municiones que tengo en mis bolsillos y os llamo con coraje, valor, estremecimiento e infierno a seguir las magistrales palabras del querido Amirante Guilherme.

Aunque parezca dormir el sueño de los injustos, la Historia siguió tejiendo nuestro alumbramiento, que es el del mundo todo, henos aquí unidos enfrentando los avatares del futuro, aunque todo avatar sea del futuro.

Gladiadoras fulminantes, estrellados caballeros: sobre vuestros caballos negros en mitad del amanecer, blandiendo las páginas divinas de las "Obras Completas del CIRPR" y mirar turbio alrededor en busca de nuestro próximo enemigo.

Seres terribles, debemos despertar de nuestro letargo, volver cada día a tener nuestros mutuos informes de inteligencia (Inteligencia Roja Proletaria -IRP-) y descubrir al mundo debajo del ropaje de medios de muerte de la comunicación y enfilar hacia la lucha cotidiana la punta de nuestras lanzas y golpear, golpear, golpear, hasta que nada quede del Imperio Capitalista Hasta Hoy Triunfante (ICHHT).

¡¿Hemos nacido para la Furia, o qué carajo somos?!

Soldados de las tropas proletarias del cielo: ¡Por favor! ¡Despertad del letargo! ¡O despertad de lo que sea! ¡Arriba! Ha sonado el despertador del Apocalipsis.! Las masas rojas insurrectas comienzan a invadir el Orbe Todo. Nosotros debemos ser La Cabeza.

Camaradas: espero, tras este salmo, haber sido claro. El Almirante Guilherme, que ha dejado medio pie en la batalla, nos convoca desde su sillón de mando en la popa del barco.

¡A nuestras tareas!
¡Labradores al trigo!
¡Gauchos a las vacas!
¡Metalúrgicos al acero!
¡Bailarinas a la danza!
¡Cirpreros, al fusil!

Subc.


SADDAM

Están baratos los libros de Saddam Hussein, aquí en Piñeiro. Por la avenida Galicia, cajones de verdura en la vereda, pintadas de algún hincha del Rojo (“Bicho, gracias por Machín”) y libros de Saddam.

Compré uno de tapa dura. Se titula Nuestro combate y lleva el sello de la editora Er’Rachid, de Bagdad, aunque fue impreso en Suiza. Hay uno de Tarek Aziz que también me interesó, La Revolución de la Vía Nueva, pero no me alcanza la plata. Están en oferta, pero llevo el de Aziz o compro dos docenas y media de huevos, como me pidió mi hermana. Elijo los huevos. Antes de cruzar Rivadavia, bajo la luz de mercurio, le echo una ojeada al libro de Saddam. Página 78: “Sabemos perfectamente y vemos de una forma realista que la coyuntura internacional no nos permite en la actualidad destruir la entidad sionista. Algunos nos dicen 'Si ven las cosas de esta manera ¿por qué nos prohiben una actividad política conforme con esta realidad?' Nuestra respuesta es que no hay que considerar esta realidad como si se tratase de un término definitivo... (acotación mía: escribe esto en 1975)... En política los hechos son relativos, evolucionan en función de los factores que se ejercen sobre su orientación y su dinamismo”.

Voy a otro capítulo: “Cuando los Estados Unidos intervienen en un punto álgido del globo con una orientación contraria a la voluntad de los pueblos, utilizando los medios clásicos del imperialismo, esto no hace más que levantar a los pueblos contra ellos, cualquiera sea el dominio en esas regiones de los regímenes reaccionarios con los que ellos se hayan aliado”.

Mierda, Saddam. Todo un estratega. Aunque él deja que lo llamen Arquitecto. Su hermano Falah Jabr lo llama “arquitecto de la revolución” y él se lo agradece en el libro, pero acota; “soy un arquitecto a prueba, y pienso que los dirigentes y jefes de Estado árabes –hablo de los patriotas– están todos a prueba”.

Verdaderamente interesante. Si llego a verlo al Arquitecto antes de su ejecución, le pediré un autógrafo o una dedicatoria en el libro.

Aunque pensándolo bien, un autógrafo de Saddam en mi búnker de Pobladora sería incriminatorio. Me obligaría a dar explicaciones.

Mejor lo dejo en mi mesita de luz con otras adquisiciones. Por ejemplo, una guía de turismo de Hiroshima, de 1945. Salió la guía y cayó la bomba. De no creer.

Mi hermana está haciendo pascualinas. Hace muchas. Desde que yo le dije que me gustaban, aparecieron otros pidiendo lo mismo. Estoy hecho un trend setter (marcador de tendencias). Si pido pascualina, todos quieren pascualinas. Si busco el socialismo, todos buscan el socialismo.

Ay, patria mía.

Desde Pobladora, El Vigía


NOS VEMOS EN ARGIRÓPOLIS

“a mí lo que me interesa
no es la felicidad de todos
los hombres, sino la de cada
uno de ellos."

Altos Faroles Rojos:

temo informarles que tanto la cita que cuelga acá arriba como otras que exclamé voz en cuello no pudieron evitar el fracaso en la misión encomendada desde aquel misterioso bunker suburbano. La situación en la tienda de campaña llegó a tal extremo de tensión:

–"Váyanse a la mierda, kurdos soretes!
–Joven, creo que continúa equivocándose. esto es elcentro de pensionados de L´Hopsitalet de Llobregat.
–Bueno... váyanse a la mierda ustedes también!"

Tengo la certeza de ser el único de los comandos que ha caído en tales confusiones. Presento mis excusas por la falta de disciplina, y aguardo ansioso mi nueva misión mientras nos espera en la lontananza la hora de la belleza.

Nos vemos todos en Argirópolis (que el Vigía de Pobladora lleve la carne, Don O. el vino, y díganle al Iluminado a ver si prepara el asado)

Salud

Lucas Lunar


LAS BOTAS DE LOS MUERTOS

"-Es de malos guerreros robarles las botas a los muertos... –dijo el comandante Pancho Belén, mirando con desprecio lo que hacía el tal Mujica, como si estuviese adoctrinando a un perro. El otro levantó la cabeza y lo miró sin entender, con esa expresión forzada de quien trata de escuchar un silbido lejano entre los árboles, prosiguiendo en su ardua tarea de calzarse las botas del general Leandro Gómez bajo los naranjos enanos, excusándose con indiferencia entre los quejidos del esfuerzo y el regocijo del despojo.

–Yo no soy guerrero, soy comerciante... –respondió."

Capitán, Subcomandante, éste es casi el final de la novela de Delgado Aparaín No robarás las botas de los muertos, sobre el Sitio de Paysandú, como en aquellas definiciones de Cortázar sobre la pérdida moral del Gardel acústico y su pasaje al Gardel eléctrico, las palabras por una vez, dicen todo.

Álvaro de Burgos
(que bautizó a su hijo con el tremendo nombre de Leandro)


AUDEN 2

Queridos cirpreanos, yo tengo este texto como "Epitafio" simplemente y me aclara alguna cosa, ahora que lo leí con el título original, Don O. Me hace acordar a Mandelstam y su famoso poema sobre Stalin. Gracias a este ejército que integro, que a lo mejor no tomará el poder pero aclarará las cosas, seguramente.

Álvaro de Burgos


AUDEN

Hola muchachos (y muchachas): conseguí en la red el texto de aquel poema de Auden que leí en una revista literaria. Se llama "Epitafio de un tirano" y aquí va, primero en inglés y después in spanish, para que no se quejen:

EPITAPH ON A TYRANT

Perfection, of a kind, was what he was after
And the poetry he invented was easy to understand;
He knew human folly like the back of his hand,
And was greatly interested in armies and fleets;
When he laughed, respectable senators burst with laughter,
And when he cried the little children died in the streets.


EPITAFIO DE UN TIRANO

Una suerte de perfección era lo que perseguía,
y la poesía que inventaba era fácil de entender,
conocía la locura humana como el dorso de su mano.
y estaba grandemente interesado en ejércitos y flotas;
cuando reía, venerables senadores estallaban de risa,
y cuando lloraba los niños morían en las calles.

El Vigía de Pobladora


INFORME DESDE DINAMARCA

Admirado Subc. V.: una vez más tengo que rendirme ante la inconmensurable sagacidad de su intelecto y el genio inmenso de su intuición estratégica. Cuando hace un tiempo usted me dijo “Almirante, algo está podrido en Dinamarca, vaya con su tripulación a investigar”, tanto yo como mis hombres no le dimos mayor crédito a sus palabras. Pensamos que su verdadera intención era darnos unas buenas vacaciones para que disfrutáramos de las tierras de nuestros antepasados vikingos.

Nuestra antigua nave azul enfiló su proa hacia esos rumbos y exploró con placer las aguas del Báltico y el Mar del Norte en las que todavía resuena el espíritu del gran Canuto, cuyo reino se extendía desde Noruega hasta Inglaterra. Unas quinientas islas (sin contar Groenlandia y las Faroe) conforman hoy el territorio de la corona danesa, la más antigua de Europa, con un milenio de historia. De modo que la exploración ha sido ardua y compleja.

En un primer momento, pensamos echar anclas en alguno de los puertos de la península de Jutlandia, pero finalmente consideramos más apropiado hacerlo en la isla de Sealandia, donde se erige la secular Copenhague, la capital del reino. Convenientemente camuflada, amarramos nuestra embarcación en el puerto de Kalundborg y comenzamos la expedición terrestre.

Nuestra coartada era ciertamente muy buena: éramos un grupo de evangelistas sudamericanos interesados en estudiar a fondo la influencia de Sören Kierkegaard en la historia de la Iglesia Popular de Dinamarca. Pero el verdadero objetivo, claro, era investigar qué había detrás del episodio de la publicación de las caricaturas de Mahoma en el Jyllands-Posten, un libelo controlado por el ultraderechista Partido del Pueblo Danés (DPP) o Dansk Folkeparti.

Nuestra primera incursión fue al castillo de Krönborg, porque supusimos que el príncipe Hamlet podría haber dejado pistas claves para nuestra pesquisa, pero los simpáticos daneses, entre tapas e interminables litros de cerveza Carlsberg, nos explicaban que esas historias no eran sino infundios inventados por el Cisne de Avon.

“Los únicos ingleses respetables son los que habitan los condados del norte, donde aún se conserva la cultura vikinga y se respeta la ley de Jante”, nos comentaban nuestros anfitriones, en alusión a un antiguo precepto normando que desaprueba que una persona se considere mejor o más importante que el resto.

Esta valoración del principio de la igualdad parece estar en la base de lo que se ha conocido como el Estado de Bienestar escandinavo. Estos tipos son pocos, viven bien (tienen una renta anual promedio de 23 mil euros) les gusta el buen fútbol, aman el jazz y festejan el cumpleaños de la reina Margarita. ¿No habría fallado esta vez el olfato del amado perínclito?

En medio de estas tribulaciones recorríamos en magníficas bicicletas los jardines de Tívoli, nos inmortalizábamos retratándonos junto a la estatua de la Sirenita de Andersen, degustábamos la mejor cannabis del Himalaya ofrecida como si fueran pirulines en la plaza Karl Malden de la ciudad libre de Christiania (esto merece un capítulo aparte y ya lo describiremos).

Todo iba sin novedades hasta que esta semana la televisión pública difundió las imágenes de manifestantes jóvenes del DPP pintando graffitis en los que nuevamente se caricaturiza la imagen del fundador del Islam, bajo la excusa de protestar contra la inmigración de ese origen, que apenas alcanza al 1,5 % de la población.

¡A la perínola...!, nos dijimos, el Subc. V. estaba bien orientado, acá se está cocinando algo gordo.

Es el mismo guiso que prepara Jorge Arbustito con lo del islamo-fascismo y Ratzinger-Mefisto con su discurso de Ratisbona. Un discurso que abreva de la vieja tradición de Constantino y la intervención divina de la Cruz, la cruz de las cruzadas, la cruz normanda que, con colores diversos, lucen todas las banderas de la Escandinavia.

Veremos cómo reaccionan este viernes los imanes en todas las mezquitas del mundo, pero es evidente que la alianza occidental sigue con sus provocaciones, preparando el terreno para una guerra que será más sangrienta de lo que imaginan.

Espero instrucciones.

O Almirante


miércoles, octubre 11, 2006

EL ILUMINADO DEBE ENTRAR EN ACCIÓN

Queridos chichipíos: los acontecimiento se precipitan, porque como ya fue profetizado “los días finales serán acortados”. Sabemos que vendrán jornadas de sangre y desasosiego, pero sabemos también que “estamos a las puertas” del jardín prometido, esa ciudad celeste en la que bailan nuestros niños.

Los acontecimientos se precipitan: la banda de dementes que gobierna el planeta sigue jugando el insensato juego de la amenaza atómica; el Imperio se amuralla frente a las invasiones bárbaras; la corrupción total termina con la ilusión Lulinha en mi patria adoptiva (saudade nao tem fim); los mineros revolucionarios, aquellos de las Tesis de Pulacayo, se masacran entre ellos arrojándose mutuamente cartuchos de dinamita; los jerarcas moscovitas mandan a fusilar en un ascensor a una periodista que denunció las torturas de los militares rusos en Chechenia; la nación de Jefferson y Whitman parece despertar ante el ostensible despropósito de la sexta fundamentalista que maneja al chirolita de Jorge Arbustito; la Iglesia de Roma tambalea bajo la conducción de un Mefisto protector de pederastas cuya abdicación ya fue solicitada por el Turco Asís; nuestro Belcebú porteño, el purpurado Jorgito, usa su vocero para dispararle al bizcocho pero también a Ratzinger (evidenciando que se juega una partida grande); Lavolpe consigue el milagro de hacer que Boca pierda, en fin... la lista es interminable.
En vista de tales hechos, entiendo que ha llegado el momento de activar al Iluminado, tal como estaba previsto en los planes de contingencia. Se acerca la Gran Batalla. Esta no será la Madre sino la Abuela de todas las Batallas. Y nosotros debemos ser el Estado Mayor de los Ejércitos celestes, aquí y allá.
Esa responsabilidad nos impondrá la obligación de intervenir simultáneamente en distintos escenarios, coordinar las fuerzas de los que combaten y orientar con la luz incandescente de nuestro programa a su líderes. Incluso deberemos establecer relaciones diplomáticas con aliados y hasta con adversarios. Para todo ello necesitamos que el Iluminado entre en acción.
Nuestro amado perínclito ha de ser quien le fije su agenda, le dé precisas directivas y lo someta a estricta vigilancia.

O Almirante

lunes, octubre 09, 2006

CARISMAS DEL CORAZÓN

“Uno de los carismas del corazón es la intuición de los fenómenos, antes de que se realicen. Otro es el penetrar el misterio de la conciencia del prójimo, no sólo su estado presente, sino también las ideas y sentimientos que todavía no tiene y que en el futuro sabe Dios que tendrá. Estas intuiciones son efecto de la contemplación, que el místico tiene, de la lámina del destino, en la cual ve todo lo que ha sido, lo que será y lo que sería, si Dios quisiera que fuese. En tal contemplación, el místico permanece inmóvil con absoluta quietud de todos sus miembros, excepto los ojos que no cesan de moverse, agitados por la mirada de la vista interior que le domina. Mas en esto hay diferencias de grado: unos no cesan de contemplar así la lámina del destino continuamente, mientras otros la contemplan con intermitencias y otros no logran más que echar sobre ella una sola mirada, retornando de la contemplación a su estado normal, sin volver ya jamás a lograrla. Los signos para conocer cuándo se dan estos carismas contemplativos son varios según sus grados: uno es que el sujeto hable de lo que pasa en la conciencia del prójimo, sin que éste le hable palabra; otro es que conozca el origen de los estados de alma sobre los cuales el prójimo está hablando: otro es la familiaridad con Dios; otro es la indiferencia respecto de sus decretos y la conformidad con sus decisiones, de tal modo, que le sea igual todo cuanto le ocurra, lo mismo la tribulación y la adversidad que el bienestar y la prosperidad, siempre que las pruebas que Dios le envía no afecten a su perfección espiritual; otro es que su voluntad positivamente quiera todo cuanto le acaezca. Pero dirás quizá: Cabe muy bien que el hombre pretenda haber logrado estos grados de iluminación, sin que nadie pueda saber si es verídico o mendaz en su pretensión.

A esto responderé: Ten en cuenta que todo hombre está expuesto a distracciones. De modo que si alguien pretende esa morada, no hagas caso de su pretensión, o, mejor aún, asiente a ella; pero luego, cuando él esté distraído, es decir, cuando ya no se acuerde de su pretensión, procura mortificarle de algún modo, molestándole con cualquier contrariedad, y observa entonces cuál es su estado de ánimo ante tu contradicción. Si fue mendaz en su pretensión, se alterará de seguro. Mas esa alteración de alma no puede obedecer sino a la contrariedad que le ha sobrevenido, pues si con la mortificación que le has dado estuviese conforme su voluntad, no se habría alterado su ánimo. Ni ¿cómo podría alterarse coincidiendo con su voluntad? Estos son, pues, los testigos fidedignos inexcusables en el que pretenda verazmente poseer dichos grados de iluminación. El que sin tales testigos reclame poseerlos, reclama en falso. Porque, después de todo esto, la demostración, exenta de dudas, de que el hombre posee de veras estas moradas, se basa en el hecho de que posee la rectitud, es decir la perfecta adecuación, externa e interna, con la gracia, y la sujeción a las normas de conducta reveladas por Muhammad.”

Lucas Lunar


DE LA BUENA

Queridos comandos: Me ausenté cuatro días hasta el Mar Azul y no se qué carajo se fumó O Almirante. En la casa que compartimos sólo había hongos de pino para mi salsa con crema de leche y roquefort. Estimo que consiguió de la buena y anduvo oteando el Corán a troche y moche. Por si acaso se le ocurre convertirse (como alguna vez le sucedió con el Comando Celeste y los ET), comunico que en breve retomaré mi puesto pitónico desde el Puerto de Pollença. Tratarè de ver al gordito de enfrente. Besosssss ahí.

Querido Vigía, hable con el Subc. y dígale que me ponga en el puesto que quiera. Él sabe la posición que me gusta.

Pitonisa Carnal


MANUSCRITO HALLADO EN SALAMANCA

Camaradas: el Subc. V. regresa: luego de activar Chechenia (los mataría a todos o no sé) encontré un manuscrito, no hallado en Zaragoza sino en Salamanca, que me ha llenado de ternura, de piojos, de hojalata, de ceniza, de pendencieras ostracidades.
Desde el fondo del vinagre, que es como decir desde el fondo de la muerte, les reproduzco un poema anónimamente colectivo escrito en la ciudad de Fray Luis de León y de Don Miguel de Unamuno, por los anónimos nombrados (o no, no sé),y que quizás (no sé) contenga la raíz de tanto mal.
Estábamos en Salamanca: Ale (hijo del Pollo), Anahí F. (una joven morena infartante), el Pepe, el Pollo y yo.Cuando dice indescifrable significa que no se entiende la letra.

Dice así::

Poema de los borrachos, en algún bar de Salamanca

Va a venir, es imposible que no venga
tus ojos como pájaros suicidas
se estrellan en mis manos
responden
No volverás a mirarme
Estás muerta
Tengo que pensar
Subiste las escaleras
y en la cima el horror
Comenzar de nuevo
Me robaste el silencio
No volví
Permite que esta noche me lleve la esperanza
Retener mi sombra, esperar
a ti verdugo de nostalgias
respiro la (indescifrable) de tu piel
¿morir?
No pierdo tiempo, y lo mejor es no perderlo,
porque mi ternura está detenida en esta calle de sueños
y en este momento en que detienes en tus ojos mi viaje inverso,
mi viaje perverso, la mirada detenida
de la sombra que quiso conquistarnos
yo soy tu vergüenza
la cara que me querés (indescifrable) y el gesto.

Firma: La Insoportable Levedad Del Ser

(Salamanca, verano, 78 grados a la sombra, 3 ó 4 ó 7 de la mañana)

¡CAMARADAS ALZADOS EN ARMAS!:

Espectacularmente espectaculares las espectaculares acciones programadas. Sueño, ya, con ver las tanquetas ingresando en Montevideo o en Buenos Aires, a la noche o a la tarde o a la mañana, con Natalia desnuda sentada en el cañón, refregando su cachucha sobre el hierro de la muerte; el Cañonero de Malvin azotándola con su codorniz; el Almirante sonriendo desde el arcabuz de los sueños (su carroza carnavalera de O Rio, Vila Majestuosa, Vila Isabel, Vamos los Narcos); el Ortuzareño devenido Avellanedense, amante de lo bello y de las historias pasadas y porvenir; el Canoso cada día más juvenil y adiestrador de niños en el Manifiesto Comunista; el Pollo estudiando dónde matarse para infringir otra ley; el Chugu diseñando los rostros de las esclavas de los revolucionarios; la Camarada Bea, muda como quien tuviera la boca llena de pelos; la Flor de Almagro y de las fronteras, huyendo siempre; la Hija de los Tigres, Pitonisa carnal, garchándose negros de pura estirpe negra para concientizarlos; Don Lucas, catando las ubres de las uvas o de las manzanas; la divina Petunia adiestrando al Índigo para hacerlo nuestro Líder, y todos los millones de siervos de nuestra especie obligándonos a hacer la Revolución Proletaria Roja, para elevar al Glorioso CIRPR a la cumbre de la monstruosidad.

¡CAMARADAS ALZADOS EN ARMAS!:

Son las 9:39 am, casi no dormí, cuando me mate les mandaré invitación para besar mi cadáver. Pero hasta entonces, ya habremos conquistado el mundo para gloria de los humillados por el capitalismo. ¡Carajo!

Subc. V


QUEMA DE LIBROS

Salud cirpreanos: las células dormidas están dormidas, sólo eso. Y oyen la conversa de madrugada como un fondo sonoro, con ráfagas de sentido. Una linda conversa de borrachos que avanzan hacia la madrugada, componiéndose un poco, pidiendo un café, diciendo "aquí no ha pasado nada".
Oportuna la lectura no-obligatoria del comando Lunar, ante la excusa del Almirante ("No tengo más Corán, me lo quemó la Pitonisa...") Así se hace.
"Me olvidé la guitarra", dijo inverosímil un payador. Y no faltó quien le dijera "Aquí tiene otra, maestro, pero cante... por favor, cante".
Lo de la quema de libros siempre fue más retórico que otra cosa.
Goebbels tenía su buena colección de libros "degenerados" y arte "degenerado", para consumo personal.
Durante el Proceso, Invernizzi dice en un trabajo de investigación, que se ordenó (y ejecutó) la quema de un millón de libros del CEAL (sic). Hay una famosa foto de un camión volcador tirando 2.000 volúmenes de bolsillo (no más) en un baldío, que los investigadores tomaron como referencia, sin tener la menor idea de lo que representan, en volumen, un millón de libro.
Eso fue más una acción de prensa del Proceso (de algún goebbelcito como el coronel Roualdés) que otra cosa.
En Chile también hicieron algo así, para amedrentar a la gilada que guardaba ediciones de Quimantú y de Punto Final y se apresuró a esconderlos, a enterrarlos, a ocultarlos de la vista de la jauría militar.
Pero después los libros se vendían en Buenos Aires (lo sé porque recibí un cargamento enviado a la editorial Galerna) y cuando se puso pesado en Buenos Aires, se vendían en otra parte o se guardaban para mejor ocasión.
Lo de la quema, entonces, fue para la gilada. Una remake de la quema de libros de Caballería de Alonso Quijano, ejecutada por Dulcinea y el bachiller Carrasco. Un refrescar la leyenda del califa Omar en Alejandría.
La semana pasada el juez que embargó la fortuna de Pinochet le echó el guante a una biblioteca de ocho mil volúmenes que tenía el muy cerdo, incluyendo una colección de los clásicos del marxismo. Ahora los libros saldrán a remate con un doble valor: ya eran valiosos antes, pero además, estaban en la biblioteca del Tirano...
Así pasó con la biblioteca de Rosas. Y con su hemeroteca (que también era importante, con revistas inglesas y francesas). En el 80 seguían pasándose como trofeos los libros que habían estado en la biblioteca del tirano prófugo, en Palermo.
Qué quieren que les diga. El Holocausto pasó, y allí murieron millones de judìos y gitanos y "diferentes". Ahora los muchachos de Teherán, utilizando fuente no precisamente árabes (como Hobswan) lo ponen en cuestión.
Es como cuando en el Círculo Militar argentino (institución que habría que arrasar, como hizo el Caronte con Punta Carreta) dicen que los desaparecidos no fueron 30.000, sino 9.500.
¿A quién carajo le importa si fueron 30.000 o 9.500? ¿Qué le agrega a la calidad del crimen?
Invernizzi tiene razón: se quemaron un millón de libros en la Argentina del Proceso.
Y en el post-proceso (lo digo de fuente propia) se quemaron por lo menos dos libros: Elogio de la Pereza (de Paul Laffargue) y Sebregondi retrocede, de Osvaldo Lamborghini.
Los quemó mi primera ex, en el jardín del fondo, en represalia por mi actitud dilettante (y en el caso de Lamborghini, con la excusa de que "lo podrían leer los niños").
Por lo menos dos libros fueron quemados, entonces, en una casa del Sur bonaerense, en aquella época.
¿Que la Pitonisa quemó un Corán finamente encuadernado, mientras su dueño se hallaba "absorto ante una grafía sufí" (cito a un poeta devenido Subcomandante). Puede ser. Es probable.
Que nadie salga a decir, entonces, "acá hay otra guitarra". Déjenlo al Almirante sin Corán. Ya se va a curar.
El perro solo se lambe -así dicen en el campo- las heridas.
El zorro pierde todo, pero no las mañas.
¡De ánde!
¡Pst!
¡Habráse visto!

Desde Pobladora, El Vigía


¿RELIGIÓN UNIVERSAL, DIJO?

Me tranquiliza, Almirante. Bah, en realidad, no.
O sea...
¿Religión Universal, dijo?
¿Aceleración de la materia, dijo?
Lo siento, me supera.
En lo que a mí respecta, nunca tomé ninguna doctrina como "el Sagrado Corán", ni siquiera la de aquel judío alemán que en su niñez rezaba el padrenuestro de Lutero.
Mi actitud tuvo un costo alto, porque los dogmáticos son mayoría en cualquier iglesia. Y le diría que esa lucha no ha terminado. ("A ti, porque eres tibio, voy a execrarte", dice en algún lugar del Antiguo Testamento).
Un buen profesor que tuve en Mendoza me abrió bastante la cabeza (ya no me sangra, por suerte), y me animó a leer con espíritu crítico cualquier texto sagrado.
Le diría que a esta altura de la soir, sólo me dejo embriagar por la poesía. O por el amor. A todo lo demás, leña (y a los enemigos, ni justicia, como dijo el Pocho).
La locomotora a vapor es un ícono del siglo XIX. Sólo eso.
Me recopan las locomotoras a vapor ¿le dije? Con mi hijo le hemos hecho peregrinos homenajes a Stephenson, en la callecita de Villa Ortúzar que lleva su nombre.
Pero ¿qué tiene que ver la locomotora a vapor con las celulosas de Fray Bentos?
Además, ahora los trenes son eléctricos. Y hasta los durmientes están hechos de hormigón. Nada que ver con lo otro.
Yo soy muy amigo del tren, repito. Es el único medio de transporte que no tiene dudas sobre su ruta (tal vez por eso es que a mí, vacilante como soy, me gusta).
Pero, bueno, también me gustan el asado, los huevos fritos (aunque haya que romper la cáscara), el papel de Fabbriano, el papel diario, el papel higiénico (aunque en Bolivia todavía no lo hayan descubierto) y toda clase de papeles, especialmente esos que caen impresos a la bandeja de una Minerva, una Rotaprint, una Heidelberg, una Hewlett & Packard, con palabras encendidas, preñadas de futuro (permítame una imagen del siglo XIX).
En los años '70 me pegó duro aquel texto atribuido al gran jefe Seattle, ése que dice que no se puede vender tierra, porque no nos pertenece. Nosotros somos de la tierra, y no al revés.
Hasta ahí, compro la universalidad del hombre ("el sacro todo late, inmortalmente vivo", escribió Luis Franco, un anarco-panteísta).
Hasta ahí.
Y ese pan-humanismo del que hablo, no necesita doctrinas, ni dogmas.
Hay un excelente texto de Martí, dirigido a los hombres de campo, donde los insta a no casarse más que ante el amor y no rendir cuentas a ninguna iglesia más que a la propia conciencia.
Es un texto tan brillante que hasta los cubanos lo tienen negado. Lo exhumó el primer Historiador de La Habana, Emilio Roig de Leuchsenring, y se publicó en un número de Cuadernos Americanos.
Bueno, para variar, no sé cómo vine a parar aquí (por eso me gusta el ferrocarril, ya le dije).
Engels compraba la teoría de la evolución lineal, tal como la concibió su contemporáneo Darwin. Después, esa teoría se fue perfeccionando (y complicando, en algún sentido). Entonces el marxismo no se quedó en Engels, sino que fue acompañando esa búsqueda científica.
Ahora, nos enteramos por los diarios que National Geographic e IBM han cerrado un convenio para recorrer "hacia atrás" la historia del ADN, con lo cual se alumbrará cada etapa de la evolución de la vida en el planeta.
¿A usted le parece, Almirante, que yo voy a leer a Engels en el siglo XXI como si nada hubiera pasado en el medio?
Si Engels viviera, ya estaría en contacto con National Geographic.
Si Engels -o Marx- vivieran y tuvieran el Google a mano, todos nosotros estaríamos sin laburo. Nos tendríamos que ir a pescar tarariras a Fray Bentos, bajo los muelles de Botnia y de Ence.
Concluyo: lo que nuestros Padres nos trasmitieron, en bellos libros como La Ideología Alemana o como el Manifiesto, fue un espíritu.
Más que un método o que una actitud: un espíritu.

(FIN)

¡Abajo las celulosas! ¡Viva el papel impreso!
Locomotora, volvé (te perdonamos).

El Vigía de Pobladora


UN PLAN COMO CUALQUIER OTRO

Conmilitones del orbe, aquí entre escupitajos y balas, las balas las entiendo porque se supone que estamos con Nati en guerra, ella está para la guerra yo hago lo que puedo; pero los escupitajos a santo de qué, no matan, sólo desmoralizan. Lo que sea, el Almirante moverá sus navíos empavesados de gloria sobre el río de los pájaros pintados mientras el frentecito que nos gobierna y al que derrocaremos, decretó en un sesgo taumatúrgico y lexicográfico, que un salario es una renta y se prepara para llevar adelante una reforma tributaria que implica: adelantos de pago de servicios de deuda a los muchachos de siempre realizados sobre el lomo de los cristos de siempre; una reforma de los servicios de salud que permitirá que te saquen guita dos veces para que te atiendas y eso con mucha suerte, en un hospital público, una verdadera igualación social; un decreto que prohíbe fumar en lugares públicos que no estén al aire libre y alguna que otra lindeza que se me escapa. Acá todo es tripotaje y candombe como decía un ex presidente del siglo XIX, que ya pasó, el presidente y el siglo. Así que hemos decidido iniciar con la Nati, un avance táctico a zaino y bola, sobre los muros de la ciudadela. Será esta noche y contará con una brigada de niños cantores de quiniela, capaces de enloquecer al más pintado y sordo de los capitalistas frentistas gobernantes y se completará con un desnudo completo, no un servicio completo camaradas, un desnudo completo de la Nati que dará que hablar, mientras que nosotros, al son de añafiles de plata, tomaremos la ciudad. Es un plan como cualquier otro. Desde la pólvora

Caronte del Malvin


AZUL BLANQUEADOR

El azul blanqueador era un cubito semejante al de la tiza que usan los billaristas. Se colocaba en el agua del último enjuague de los guardapolvos o de la ropa blanca, y realzaba el blanco. Lo proveía el mismo fabricante del jabón Rinso. Te vendía el jabón, el azul y tenía un eslógan para sus productos: "¡QUÉ PAREJA RINSOBERBIA!", que se pasaba en la radio.
La tarea se completaba con almidón Colman en las tablas del guardapolvo (faltaba poco para que se inventara el LAVE-Y-LISTO, liberando a miles de jóvenes madres de esa tortura).
Estuve releyendo hace poco unas páginas de Walter Benjamin, "Infancia en el Berlín del novecientos" y me quedé maravillado con la descripción que hace el tipo (¡maestro, maestro, maestro!) de lo que significó la irrupción del teléfono en la vida del hogar. Un artefacto extraño y magnético, del que todos comenzaron a estar pendientes, que hablaba en un momento inesperado y era capaz de despertar a los mayores a la hora de la siesta.
A propósito de la siesta, Benjamin dibuja una metáfora hermosísima sobre el desajuste de la generación de sus padres en relación con los tiempos que venían. Si encuentro el libro, se las copio.
No, no lo encuentro, va de memoria: "En realidad, el teléfono no sonaba a la hora de la siesta. Sonaba en la exacta hora de la historia universal en que mis padres se durmieron..."
Grande Benjamin. Lo único que no le perdono es su muerte absurda, fruto de la excesiva intelectualización de las cosas. Cuentan que los guardias civiles en Port-Bou no lo buscaban a él. Ya estaba a salvo de los nazis. Pero pensó que lo habían atrapado y prefirió matarse por propia mano. Ahora, dicen los que fueron, hay una linda placa de bronce, en la pared del hotel.
Pero estábamos en la cuestión del azul blanqueador, traída por el Caronte. El cubito de marras se usaba la primera vez y se retiraba del balde.
Entonces, lo dejaban en el borde de la pileta, chorreando lentamente su azul, pintando (en lugar de blanquear) los alrededores.
Si tuviera que poner el azul blanqueador en un relato, lo pondría en la película "Un día muy particular", de Scola. Me la imagino a Sofía Loren, tan verosímil, tan ella misma, blanqueando y planchando los guardapolvos de sus hijos, la camisa del marido...
Claro que los colores dominantes en el fascismo eran el pardo, el gris, el negro. ¿Para qué iban a necesitar blanqueador?
Los que necesitaban blanqueador eran nuestros queridos perucas, cabecitas negras, descamisados con camisas blancas bien planchadas, niñas con el pelo recogido a lo Evita y un fondo celeste y blanco en cada plaza, en cada aula, en cada salón.
Pero ¿y los Blancos uruguayos? ¿Usaban azul blanqueador? ¿Le enseñaban a sus hijos a usarlo?
¡Qué pareja rinsoberbia, el Caronte y el Almirante!
Ahora dicen que están en la edad de la inocencia... ¡Habráse visto!
La única inocencia que vale -parafraseo a Oliverio- es la que nos fabricamos cada cinco minutos.

El Vigía de Pobladora


ESPERAR EN LA ESPERA

Amigo Almirante, hermano, estoy aquí dentro del poema de El Hacedor del maestro, creo que el viejo dijo una vez que lo único que Cristo había escrito se perdió por su propia mano, fue en la arena mientras salvaba a la prostituta, según cuenta el Evangelio.
Así ha de ser entonces, esperar en la espera de lo que se borra. Ansío esa creencia pero me es ajena, al menos todavía. Abrazo a todos y a cada uno,

Álvaro de Burgos

Posdata: Montevideo está azul como esos blanqueadores de ropa que usaba mi vieja en los guardapolvos de la escuela.


ESPERANDO CON GULA

Desconocía esos hermosos y dolidos versos suyos, bienamado Vigía. Sigo sin comprender porqué el mundo no ha podido compartir hasta ahora tantas líneas memorables surgidas de su pluma. Es un placer observar cómo brillan los conceptos llevados por el murmullo del arroyo de sus palabras.
Sin embargo... sin embargo..., en cuanto al fondo del asunto en cuestión, estos otros versos me parecen muy atinados.

LUCAS, XXIII

Gentil o hebreo o simplemente un hombre
cuya cara en el tiempo se ha perdido;
ya no rescataremos del olvido
las silenciosas letras de su nombre.

Supo de la clemencia lo que puede
saber un bandolero que Judea
clava a una cruz. Del tiempo que antecede
nada alcanzamos hoy. En su tarea

última de morir crucificado
oyó, entre los escarnios de la gente,
que el que estaba muriéndose a su lado
era Dios y le dijo ciegamente:

Acuérdate de mí cuando vinieres
a tu reino, y la voz inconcebible
que un día juzgará a todos los seres
le prometió desde la Cruz terrible

el Paraíso. Nada más dijeron
hasta que vino el fin, pero la historia
no dejará que muera la memoria
de aquella tarde en que los dos murieron.

Oh amigos, la inocencia de este amigo
de Jesucristo, ese candor que hizo
que pidiera y ganara el Paraíso
desde las ignominias del castigo,

era el que tantas veces al pecado
lo arrojó y al azar ensangrentado.

Jorge Luis Borges

Quiero decir que no es la fe, sino la inocencia, la razón por la que se nos ha prometido el paraíso. (Salud, Caronte malvinero, espero que reciba este mensaje de su hermano y alumno).
En cuanto a lo de la etapa mística, recuerdo un pasaje de cierto poema que comienza diciendo

"Jadis si je me souviens bien..."

"La ciencia, la nueva nobleza! El progreso. ¡El mundo marcha! ¿Por qué no había de girar? Es la visión de los números. Vamos al Espíritu. Esto es muy cierto, es oráculo esto que digo. Lo comprendo, pero como no sé explicarme sin palabras paganas, querría callar.
La sangre pagana renace. El Espíritu está cerca, ¿por qué no me ayuda Cristo dando a mi alma nobleza y libertad? ¡Ay, el Evangelio ha fenecido! ¡El Evangelio! El Evangelio.
Yo espero a Dios con gula. Soy de raza inferior por toda la eternidad."

Si, mis queridos compañeros cirpreanos, yo sigo esperando a Dios con gula. ¿Y ustedes?

O Almirante


EL VERDADERO CREYENTE

Disculpe, Almirante, usted está en su etapa mística y yo no puedo despegarme de mi maldito escepticismo.
Si abrazara esa Fe que usted tiene, la vida sería más sencilla para mí. Me metería en alguna Guerra Santa cualquiera y listo el pollo (no el pollo madrileño, otro).
En fin, la voy a cortar aquí porque no tengo argumentos para oponer a un discurso tan galáctico y arrollador.
Viene a mi memoria RAM un viejo poema de don O., titulado "El verdadero creyente":

El verdadero creyente descree
del escéptico, pero también
de la furia del

dogmático. Sabe

que ambos están
condenados al
fracaso.

Es muy larguito el poema, pero termina así:

... una oscura y terrible certidumbre,

certidumbre
que el verdadero creyente

guarda

para el día en que no quede
verdaderamente nada en que

creer.

El Vigía de Pobladora


domingo, octubre 08, 2006

LAS BULL-RICH

Estimado Caronte: Lo de Bull-Rich es un poema deconstructivo, de esos que escribía Leónidas Lamborghini. Está en el libro Partitas, y se ambienta en el Patio Bullrich cuando todavía era un mercado de hacienda, en el oligárquico barrio del Pilar.
No sé cuál es la Bullrich que se cruzó en su camino. Silvina se murió en el '90 (si no de cirrosis alcohólica, ahí nomás), así que no puede ser. La Patricia, esa que salió peronista montonera pero después volvió al redil (bah, creo que siempre estuvo en el redil) es un buen cuadro político de la nueva derecha, y no estaría mal para tirarse un lance (aunque es una mujer casada, y la chimentera Alicia Barrios dice que también es adepta a la tijereta); en síntesis, me quedo con su prima Fabi Cantilo, que por lo menos tiene alguna ráfaga de inspiración y aspiración.
Y la que fue un Toro 380W en su tiempo (perdón por la metáfora tuerca), fue la Juanita Bullrich. Creo que salió Miss Argentina y todo. Grabó unos cuantos comerciales en los sixties y en los 80 anduvo muy en banda y pegada a la merca.
Son las tres Bullrich de las que tengo mentas. Ojalá le haya tocado alguna otra, aunque sea para quebrar la racha.

El Vigía de Pobladora

RELIGIÓN UNIVERSAL

Propongo, compagni, que charlemos un poco de modernidad. De modernidad y de religión. La religión es el opio de los pueblos, dijo el judío alemán y repite la Pitonisa carnal, por lo tanto nos fumamos la religión. Religión (re-ligare, volver a ligar, diría Mariano) es el humano sueño de superar la alienación y regresar a la unidad primordial. “En el principio la humanidad era una única nación”, dice el Sagrado Corán (sepan disculpar pero cito de memoria porque la Sibila quemó mi ejemplar con encuadernación de lujo).
Ésa es, por cierto, la esencia del programa esbozado en 1848 bajo el título de Manifiesto Comunista. O sea que Marx debió haber dicho: “las otras religiones son el opio de los pueblos, fumen de ésta que es de la buena”. La nueva religión no podía ser menos que sus predecesoras. Si aquellas se ufanaban de sus libros (la Biblia, la Torah, el Corán) las habríamos de superar con los tres tomos de Das Kapital. Con los años se verían levantar los templos de la nueva iglesia, florecer los intérpretes de su credo, multiplicarse las capillas moderadas o fundamentalistas, recaudar los diezmos para el porvenir de la causa (¿no es cierto, mi amada flor almagrense?).
Había nacido la religión de la modernidad. Ella nos prometía que junto a la locomotora a vapor (que el Vigía de Pobladora tiene como ícono sagrado) arrancaría a los pueblos precapitalistas de su atraso milenario, los unificaría en inmensas factorías en las que se convertirían en proletarios que adquirirían la conciencia de sí, para luego romper las cadenas que oprimen el desarrollo de las fuerzas productivas y llevar de la mano al paraíso a la humanidad toda. Daría la impresión que las cosas no han funcionado de ese modo.
Si la novela rosa del marxismo fuera verosímil, deberíamos apoyar la construcción de las papeleras de Fray Bentos. Las grandes plantas productoras de celulosa sacarían de su abulia pastoril a los orientales de Río Negro y cientos de chacareros abandonarían sus milenarias rutinas para dedicarse a plantar eucaliptus y mirarlos crecer. Claro, pervertiríamos para siempre el río de los pájaros pero, ya se sabe, la locomotora es la locomotora.
El marxismo, aunque nos duela reconocerlo, forma parte indivisible de la era de aceleración de la materia que está llegando a su fin. Comparte el mismo desideratum de hiperdesarrollo de la tecnología que nos conduce a necesitar cada vez más cosas y perder la capacidad de disfrutarlas. Un amigo me decía hace unos días que le gustaría tener una “heladera inteligente”, que se encargara de pedir al súper las provisiones cuando estuvieran escaseando. La enfermiza dependencia que el ser humano ha desarrollado con las máquinas apunta indefectiblemente al embotamiento de los sentidos y a la pérdida progresiva de la sensibilidad y la intuición.
Cosas y más cosas, para después terminar coligiendo que todo tiene como destino el basurero.
Si acaso ustedes se sintieran más tranquilos por ello, les confieso que no me he convertido al islamismo. He descubierto que soy un fiel adepto a la Religión Universal (UR, según su sigla en inglés), que incorpora las enseñanzas de todas las anteriores, incluyendo al marxismo, y afirma que estamos a las puertas de una enorme revolución espiritual.
La gran novedad de la UR es que termina con la absurda e infantil ilusión de considerar al ser humano como centro de cosa alguna. La humanidad es apenas una partícula más (muy necesaria, por cierto) de la evolución galáctica hacia vaya a saberse dónde carajo.

O Almirante, en viaje.

This page is powered by Blogger. Isn't yours?


View My Stats