jueves, noviembre 23, 2006

"MI CRISTIANO FAVORITO"

No sé si debo, conmilitones, aceptar el epíteto que me coloca O Almirante, entre otras cosas porque es demasiado excluyente.

A ver, quién en el mundo occidental no es cristiano, quién no es marxista, quién no es anarquista, todo en dosis homeopáticas según el caso.

Perdonen la lítotes, quién no es, no es lo mismo que decir tal tipo es, pero se le acerca.

Quién no cree que una mano mágica escribe la historia, como en el banquete de Baltasar, mane thegel phares, mano que le dice: tenés un ciclo aunque vos no lo creas, estás en un paquete que no podés desatar porque está atado antes que vos estuvieras por estos pagos. Claro, no se lo dice de esta manera pero es lo mismo.

Años después, el botija Adam Smith utiliza la misma imagen para su mano mágica mercantil. El mercado es la ouija que mueve el mundo, como en el juego adivinatorio ideal para los adolescentes los sábados de noche.

O sea, todo está allí.

Judas es un recipiente vacío que se llena del líquido que se desee. Un ladrón, un traidor, un Efialtes, un tipo que merece la misericordia divina, un tipo que nos salva de última, porque le tira los perros al maestro.

Edipo con su incesto (¿estaría buena la vieja?) produce la peste, pero su sacrificio cegándose salva a Tebas. Resultado: los tebanos le erigen una estatua. Al fin de cuentas por él se salvaron de la peste. Si el que debe salvarnos para salvarnos debe morir, el que lo entregue a la muerte, participa de la salvación e incluso tiene derecho a ella.

Son trucos de serpientes mordiéndose la cola, paradojas, pero hasta ahora funcionan.

Pregunto, ¿el sacrificio revolucionario de dónde sale?

Álvaro de Burgos


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