lunes, diciembre 11, 2006

TODO EL PODER A LOS SOVIETS

Charly tenía razón: los dinosaurios están desapareciendo. El Pinochacal ha dejado este mundo. Que arregle sus cuentas con el recepcionista de arriba. No diré más. No pienso sumarme a la caterva de lugares comunes con las que disparan desde sus plumas los mil y un zanguangos que andan por ahí.

Como el trucho-filósofo J.P. Feinmann, que propone erigir un busto en las plazas centrales de cada pueblo para que “nadie se olvide” del criminal confeso. Si tuviéramos que recordar a todos los asesinos sanguinarios hijosdeunagranputa que la historia humana nos ha legado, las reservas mundiales de bronce no alcanzarían.

Pinocho era apenas uno más de esa lacra miserable. Pareciera, por otra parte, que su perfil es inmejorable para convertirlo en el chivo expiatorio, es decir en la ofrenda cuya inmolación redime los pecados de la clase social que lo entronizó, de sus mandantes externos, de una clase media que, como mínimo, cerró los ojos frente a sus atrocidades, de quienes fuimos paralizados por el terror que ellos impusieron.

Este asunto es el revés de la moneda del culto a la personalidad stalinista tan bien descripto hace poco por el Iluminado en su reporte habanero. Ayer nomás, una horda castrista molió a golpes a una docena de cubanos que manifestaban en el Vedado por un cambio en la isla.

“!Viva Fidel! ¡Hay que matar a todos estos contrarrevolucionarios!”, chillaban histéricas las bandas de integrantes de los CDR. La canción es la misma que entonan las viudas de Pinochet en Santiago.

Esa atroz anomalía es la que nos lleva a los cirpreanos a desconfiar automáticamente de toda idea que tienda a ser simbolizada por un individuo cualquiera, no importa de quién se trate.

Para nosotros, el más noble, sincero, valiente y desprendido de los seres humanos es una criatura sujeta a error. Por eso confiamos en los hombres y mujeres considerados como especie y de ninguna manera en Fulanito o Menganita.

De ahí que jamás seguiremos a ningún autoproclamado profeta y siempre, pero siempre-siempre, reivindicaremos la Asamblea de los Iguales, la Comuna, los gloriosos Soviets, única autoridad a la que nos subordinaremos democráticamente.

Esas Asambleas autoconvocadas que, cualquiera puede verlo, están resurgiendo como hongos en todo el planeta en los albores del siglo XXI. Como hace 150 años, podemos decir con toda seguridad que un “fantasma recorre el mundo”.

Mañana, ese fantasma se corporizará en Plaza de Mayo con la manifestación de las asambleas ambientalistas de Gualeguaychú, Colón, Concordia, Esquel, la Boca, las barriadas de la cuenca del Riachuelo, los pueblos amenazados por las depredadoras mineras transnacionales. Nosotros, por supuesto estaremos allí.

Y no nos detendremos hasta que se arme la partuza de merengue y chupa chus de fresa que profetiza la añorada Pitonisa. Hasta tanto: Revolución Socialista para todo el mundo y ofrendas a nuestro padre Onán.

O Almirante


Comentarios:
Si mañana vas a la marcha preguntale a los asambleístas de Gualeguaychú si usan papel higiénico blanco. Si contestan que sí, deciles de parte de la Estrella de Pompei que se vayan a lavar el orto!.
Recordales, si los ves, que al capitalismo no le va ni le viene el puente y el corte sólo jode a los que no tiene que joder.-
 
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